Esconde bien los huevos.

Estas vacaciones, mientras la Agrado y Artis se dedicaban a darse a conocer en los círculos de modernez de la estepa castellana, yo tomé rumbo al exilio, concretamente a Montpellier. Las ocasiones de gorronear alojamiento en casa de un amigo que está de Erasmus son escasas, y ésta era una de ellas.

La Comédie

Y os preguntaréis qué hacen algunos franceses en Semana Santa.
¿Pasean tallas policromadas? Qué va. ¿Sacan maniquies con un cierto parecido a Jesucristo, arreglados con infames pelucones (como el Cristo de Medinaceli)? ¡Pues no queridos!
Ellos hacen algo que, desde mi punto de vista es sin duda, mucho mejor: esconden huevos de Pascua por todas partes, y luego hay que buscarlos. Lo malo es que veces te sale el tiro por la culata y los encuentan personas ajenas al juego... se me ocurrió esconder uno en una cabina telefónica, y cuando volví al rato a comprobar si seguía allí, una chica radiante de felicidad (y desconocida) estaba sujetando el huevo con aire triunfal.

¡Éste trae relleno especial!

Me pregunto si se lo comería... no se, con esos cuentos que nos han metido toda la vida de que los caramelos que hay por la calle llevan droga... igual la chica estaba tan alegre porque se creía que había encontrado el huevo Fabergé de Kate Moss.
Aparte de ponerme a chocolate como una cerda (huevos de pascua, magdalenas con Nutella...), descubrí que en Francia consideran una afición totalmente normal la lectura de comics y manga, y no lo consideran una subcultura nerd como en nuestra querida patria. Y también tienen pasión por los juegos de mesa.

Homenaje de Bilal a Hergé

Estuve a punto de traerme una versión petarda del Monopoly, en el que había casillas del tipo "se te ha olvidado el champán, vuelve a la casilla de salida", "amor platónico: 0 puntos", y las fichas de personaje eran cuentas brillantes con forma de diamante. Al final no lo compré porque sólo querrían jugar las Suizas, y jugar sólo tres personas es un poco triste. Asi que opté por traerme un Jungle Speed. Hasta ahora está dando buenos resultados.
Después de varios días de reír sin parar, hacer el tonto y recordar los viejos tiempos (el que está de Erasmus es un amigo de toda la vida) tocó volverse a casa. A pesar del horroroso viaje de 14 en autobús, mereció la pena.

Mood: Nostalgia. Malditas vacaciones cortas...
Playing: Cali - Elle m'a dit